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¡Feliz año nuevo!

Hemos tenido unos días muy ajetreados y me ha sido imposible actualizar el blog. Nuestra casa se convirtió en Villavirus ¡dos veces!, las fiestas –muy muy disfrutadas con familia y amigos-, se me terminó mi excedencia laboral y entre medias nos fuimos de escapada a Zaragoza. Lo pasamos genial, nos alojamos en un hotel con spa en el que podían acceder los niños.

Las Tigris fliparon: Abril recibió toda una lección vivencial de física, experimentó los cambios de estado del agua – hielo, fría, templada, caliente, vapor de agua…- y Emma disfrutó en la piscina, el jacuzzi, las duchas de colores… la gente nos miró un poco raro al principio, pero al final se unieron a nuestra particular fiesta y hacían bolas de hielo y se las daban a las niñas jeje.

El día 31 vimos el Monasterio de Piedra, que es súper recomendable para ir con niños, estaba vacío y estuvimos muy a gusto, tengo muchas fotos pero no sé cuando las podre procesar, ésta es de Instagram.

Y de eso quiero hablar hoy, de viajar con peques. Antes de tener a las Tigris éramos muy viajeros, desde que terminamos la carrera hasta que nacieron nos hemos movido mucho por España, Europa (Portugal, Irlanda, Reino Unido, Francia, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Suiza, Italia, Austria, Rep. Checa, Rep. Eslovaca, Alemania, Hungría y Turquía) y Asia (Java, Bali, Singapur, Malasia, Camboya, Hong Kong, Macao y Japón).

prepapas felices y despreocupados
Apesar de las predicciones catastróficas que nos vaticinaban amigos y conocidos, cuando Abril tenía 2 meses fuimos a Cádiz, con casi 4 a Galicia, con 5 a Sigüenza y con 14 a Italia; y cuando nació Emma volvimos a Cádiz (tradición familiar larga de explicar jeje) y desde entonces escapadas varias de 2-3 horas máximo desde Madrid (odia el coche y nos lo hace saber con toda la fuerza de sus pulmones). Después de tenerlas nos hubiera gustado movernos más, pero nos ha afectado la coyuntura económica (excedencias, reducciones de jornada, gobiernos que nos quitan nuestras pagas extras…) más que la logística.

Nuestro vehículo familiar es un Mini Cooper Dooper (para los que no sepan de coches tiene tres puertas, cuatro plazas y 280l de maletero), cuando lo compramos ya estaba embarazada de Abril y tuvimos que aguantar muchas chorradas y consejos apocalípticos. Más de tres años, muchos kilómetros y dos bebés después seguimos encantados con él. Apenas consume y es muy divertido de conducir. Es un poco rollo para sentar a las niñas, pero es lo que tiene tener un coche hipster 😀 

you were born to sparke
#youwereborntosparkle
El maletero es básicamente microscópico, así que viajamos con una mochila de 60l para nuestra ropa, una de 40l para la de las niñas y un portabebé para cada una (suele ser una EmeiBaby, que es muy versátil). A veces se nos unen una cama hinchable de Peppa Pig (si no hay cunas es muy útil, se puede comprar en amazon*) y una mochila con pañales de tela (si hemos alquilado apartamento con lavadora…) Creemos que hay algún video robado en youtube de nuestro tetris 😀

Aquí va una lista de cosas que nos han resultado útiles:
– No facturar equipaje en la medida de lo posible (esto es un consejo de profesional del sector turístico, madre y viajera a partes iguales), existe una relación directamente proporcional entre que te pierdan la maleta y lleves algo imprescindible en ella (Gracias Murphy), además de retrasos, robos, deterioro… 

– Haz una lista minuciosa, redúcela una y otra vez hasta que te quepa todo lo que necesitas en una mochila de 40l (o trolly pero nos parece más incomodo). Esto puede parecer difícil, pero se puede aprender: la primera vez que viajamos a Paris teníamos 19 años y llevamos una maleta que facturamos para un puente corto (y por supuesto la perdieron). 7 años después estuvimos un mes en Asia con dos mochilas que no facturamos hasta la vuelta y porque veníamos más cargados (llevábamos mochilas plegadas para llenarlas de compras y traerlas de vuelta. Y además nos trajimos a Abril cigotito <3).
– Olvida los porsis (salvo que vayas a ir al Desierto del Gobi o un bosque perdido en el Amazonas): Puedes comprar en destino lo que te haga falta. Comprueba el tiempo antes de viajar, lleva ropa y calzado versátil y un jabón de la abuela (tipo lagarto o similar, que te permita lavar a mano si se da la circunstancia)
– La bolsa de aseo, directamente relacionada con el punto anterior, lo mejor es que sea diminuta, olvida esa crema tan cara (o mete un poco en un tarrito), lleva alguna amenity de un viaje anterior, mini cepillos de dientes,… Compra en destino gel y champú, si es que en el hotel no te lo facilitan, crema solar, pañales, toallitas…
– Un botiquín de medicamentos no es un porsi (gracias Murphy de nuevo): Un botiquín básico para un destino no tropical incluye antipiréticos, suero oral, suero fisiológico, tiritas, si tu hijo o tú tenéis alguna dolencia recurrente lleva el medicamento correspondiente (en mi caso herpes labial)… Últimamente (desde que conozco a Elena de Monitos y Risas) llevo también arcilla verde
– Meter la ropa de los niños –incluso la de los adultos- en bolsas ziploc (un outfit para cada día), si viajas en avión, lleva varias bolsas más, a mano, en el equipaje de cabina. Si tienes hijos como mi Tigri mayor, podéis elegir la ropa juntos, lo que evitara crisis y rabietas (no necesitamos más stress cuando viajamos jeje)
– Si vas a viajar en avión, durante el despegue y el aterrizaje, para evitar dolor de oídos, puedes darles teta/chupachups/caramelos/chicle dependiendo de las circunstancias y edad del niño. Además sirve para tenerles quietos y entretenidos si son muy activos en estos momentos en los que tienes que llevarlos sujetos con el arnés.
– Entretener a los niños merece un ca
pítulo aparte y depende mucho de la edad del niño. Algunos juguetes (que sean nuevos, muy pequeños y versátiles), juegos de cartas, pequeños blocs con pinturas, pequeños libros… Sácalos de uno en uno, cuando ya hayan agotado las posibilidades del anterior. Pequeños tentempiés o comidas , juegos tipo veo-veo y canciones también son útiles. Nosotros no hemos usado nunca Dvd para el coche, pero a muchos padres les va bien.
– En la medida de lo posible olvida el carro, trona, bañera, y demás accesorios que en casa son útiles pero de viaje pueden complicarte mucho la vida… En este apartado se puede incluir los Smartphone, la tablet, el portátil, la cámara de fotos réflex, la compacta, la de video… Mi alma frikie está muy orgullosa de dejar la réflex en casa y llevarme solo mi bridge, y más orgullosa estaré cuando consiga llevarme solo el móvil para estos menesteres 🙂
– Nuestras Tigris son bebés de teta y BLW, así que no os puedo dar consejos precisos sobre cómo organizar las comidas de los peques, aunque me inclino por llevar lo mínimo y comprar en destino.

    Buen Viaje 🙂

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