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Conocí a Aguamarina en Instagram, me encantó su forma de ver la vida y su crianza consciente, y encima tenía un blog precioso con muchísima información sobre niños, que yo iba compartiendo en facebook hasta que la convencimos de que si hiciera una fanpage para «De mi casa al mundo«, su blog. Cuando ambas fuimos candidatas a los premios 20 minutos me entusiasmé con la posibilidad de ponernos piel, finalmente no pudo ser, pero me emocioné infinito cuando ganó su merecido premio y también he llorado con cada uno de los acontecimientos  que ha tenido su vida últimamente. No creo que llegue a ser consciente de cuanto ha tenido que ver en mi nuevo proyecto, pero le agradezco nueva y públicamente esas palabras tan sabias que me dedicó en su día.

La admiro profundamente y hoy estoy feliz de compartir este precioso proyecto, que le ha traído mucho trabajo, pero creo que nos va a traer a todos cosas buenas. Mamamorfosis, un proyecto literario de 200 mujeres, libre y gratuito que podréis descargar el 15 de septiembre. Con motivo de su lanzamiento, he decidido hacer esta serie de entrevistas para que veáis algunas de las doscientas caras de la luna. Os dejo con Aguamarina, disfrutadla.

La semana que viene os presento a Naty, la creadora de la preciosa ilustración de la portada del libro.

¿Por qué decidiste participar en Mamamorfosis?

Mamamorfosis surgió de improviso, fue como una especie de flash, una intuición que tuve. De repente ordenando archivos en mi ordenador, me topé con un proyecto que había empezado hace años, se trataba de un libro sin
terminar en el que me propuse escribir sobre mi transformación como madre. Al encontrármelo, lo empecé a ojear, y fue entonces cuando llegó esa idea, ¿por qué no hacer algo así, pero con mamás de todo el mundo? De esa manera el libro podría reflejar muchas más realidades y ser mucho más útil para las madres del mundo.

 

¿Cómo te diste cuenta de que tu maternidad podría calificarse de consciente?

Desde un principio lo intenté, pero en realidad no lo estaba consiguiendo. Me di cuenta más tarde. ¿Y cuándo realmente pude darme cuenta? Pues necesité una señal muy clara, y mi hija me la envió. La verdad es que esto que te voy a contar puede parecer irreal, pero pasó tal cual. Lo he explicado con más detalle en el libro porque puede que existan mamás que hayan tenido la misma experiencia y se sientan un poco “locas”.

Cuando mi hija tenía poco más de un año, ella ya tenía un buen repertorio e palabras, incluso hacía frases de 2-3 palabras, pues bien, por las noches, se despertaba y empezaba a nombrar cosas que yo había estado soñando esa misma noche. Es decir, conectaba con mis sueños, y los explicaba. F. no se lo creía, hasta que una noche fue testigo en directo.

Cuando me ocurrió esto, entendí que la fusión emocional mamá-bebé es real, existe, y fue entonces cuando de verdad mi maternidad y mi forma de estar en el mundo se volvió mucho más consciente y conectada. Aunque no es algo que hice sola, inicié un camino de formación en maternidad consciente que me ayudó mucho.

 

¿Crees que ser una madre consciente a veces implica nadar contracorriente?

Lamentablemente sí. Yo misma he ido contracorriente de muchas cosas que promulgaba antes de ser madre y que no eran más que reflejos del sistema establecido, que me habían inculcado muy bien desde pequeña.

La maternidad consciente es un camino a veces solitario e incomprendido, de ahí la necesidad de crear puentes entre madres y formar tribu.

Aguamarina

¿Cómo concilias? ¿Cómo conciliáis en familia?

Pues pidiendo reducciones de jornada laboral, que también implican reducción de sueldo, es la única manera que hemos encontrado; F. tiene que pedirse una reducción de un 10% de jornada para poder compaginar sus horarios con los míos y con los de Sunflower y eso que yo trabajo solo media jornada en el cole, también para poder conciliar. La verdad es que conciliar nos implica reducir considerablemente nuestro poder adquisitivo, pero es
nuestra opción, o la única que hemos encontrado hasta el momento.

Antes, de 0 a 3 años, cuando Sunflower no estaba todavía escolarizada, yo me pedí una excedencia de un año y luego compaginábamos horarios, también reducidos (uno trabajaba de tarde y otro de mañana), a veces ha sido muy complicado… Qué envida me dan las familias nórdicas…

 

¿Qué te aportado tu maternidad a tu faceta profesional?

Mi trabajo como psicóloga y logopeda escolar está relacionado desde siempre con infancia y familia, puedes imaginarte la fuerza que me dio el ser madre para mi trabajo y todas las cosas que he cambiado, que antes
utilizaba con los casos que llevaba y que ahora he desechado porque las he vivido en primera persona.

Ser madre le ha dado más valor a mi trabajo, que ahora vivo desde otro lugar, como más sabio. 🙂

 

¿Cómo te sientes al ver expuestos en un libro sentimientos tan íntimos?

He compartido aspectos muy íntimos en el libro, es cierto, y esto me hace sentir expuesta, pero a la vez creo que puede ayudar a otras mamás, por lo que me parece un acto generoso que me hace sentir muy bien.

 

¿Tienes una tribu que te arropa? ¿Cómo la encontraste?

Cuando me convertí en madre no tenía tribu, atravesé todo el puerperio con mucha soledad, vivimos a bastante distancia de nuestra familia y amigos de siempre, así que mi refugio y el único momento de encuentro social era el
trabajo. No fue hasta que Sunflower tuvo 2 años, que ya había iniciado un cambio importante en mí, que me pedí una excedencia de un año, y me animé a crear grupos de encuentro con madres. Me puse a pegar carteles por el
pueblo, y conseguí un espacio acondicionado para bebés gratuito donde poder encontrarnos. La verdad es que no acudían muchas mamás, pero las que sí que venían nos apoyábamos entre nosotras. Después Sunflower empezó el cole y ahí todo fue mucho más fácil, enseguida conecté con muchas otras mamás con las que formar esa tribu y me da bastante rabia la verdad que hasta que no entras en el sistema (aunque mi hija va a un cole libre) parece que no formas parte de él, y es tan difícil encontrar un grupo de acompañamiento, o yo al menos lo he vivido así.

 

¿Qué crees lo que necesita una familia para vivir una crianza consciente?

Estar presentes en el aquí y en el ahora, ser papás que se observan a sí mismos y a sus hijos, y sobre todo que se cuestionan todo el tiempo (¿cómo me siento?, ¿qué me está ocurriendo?, ¿qué me preopuca? ¿qué me da miedo?
¿qué deseo? ¿qué necesito? ¿qué provoco en los demás, en mis hijos, en mi pareja…?….). La crianza consciente es hacerse cargo de lo propio, para liberar a nuestros hijos de nuestras cargas emocionales, y después poder acompañarlos amorosamente desde el respeto, respetando sus ritmos, sus procesos, sus deseos y decisiones, y velando porque los demás también las respeten. Eso es para mí una familia consciente.

 

Muchas gracias Bei, eres siempre toda inspiración para mí…

 

Recordad que el 15 de septiembre podéis descargar el libro «Mamamorfosis» y mientras tanto os dejo con el booktrailer 🙂

 

 

 

 

¡Gracias Aguamarina!

¿Conocíais el blog De mi casa al mundo? ¿Y el proyecto Mamamorfosis?

Os espero, como siempre, en los comentarios 🙂

 

 

 

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