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A priori no parece que tener haters y sufrir bulliying escolar puede tener mucho que ver, pero creedme he reflexionado y si que lo tiene. Ambos comportamientos se basan en una animadversión llevada al extremo, que además se aprovecha de la debilidad de la persona. En el caso de los niños puede ser porque los demás consideren que sea diferente, que tenga pocos amigos, que tenga algún tipo de retraso madurativo o simplemente la debilidad que da ser uno solo frente a un grupo… y, en el caso de los bloggers/youtubers, nuestra debilidad es la vulnerabilidad que nos dan las redes sociales….



Todo empezó a finales de verano.

Verdeliss, una mamá bonitísima con una familia encantadora, youtuber, anunció que iba a colaborar con Carrefour y se lió la marimorena, básicamente le recriminaban como iba a cobrar por su trabajo. ¡Qué escandalo! ¡Indignante! Además es que los vídeos eran geniales, sí, eran una colaboración, pero el contenido era estupendo, muchos consejos, muy buenos y en la calidad del vídeo se notaba que había mucho trabajo detrás. Y yo pensaba, ¿pero cómo pueden quejarse? Sí no les gusta que no miren… Los comentarios ponían los pelos de punta, le recriminaban que no estaba subiendo los vídeos habituales al canal (¡Estaba embarazada de mellizos, primer trimestre, ¡y de vacaciones!) y una serie de barbaridades que me dejaron flipada. ¡Pero es que encima eran fans y no haters! Terrible. Y ella, con la paciencia de Job. Te admiro muchísimo Estefi.

Un hater común, de esos de “cómo te odio no puedo dejar de leer tu blog para reafirmarme en lo tonta que eres” (¡gracias pos sus visitas chicos, me ayudan a tener más notoriedad!)

Y así estaba yo, intentando entender la naturaleza humana de los fanhaters de los demás cuando descubrí que yo tenía, no un hater común, de esos de “cómo te odio, pero no puedo dejar de leer tu blog para reafirmarme en lo tonta que eres” (¡gracias pos sus visitas chicos, me ayudan a tener más notoriedad!), sino un hater stalker, un personajillo (no llega ni a la categoría de personaje el angélico), que se dedica a comentar allá donde pilla que eres un fraude. Dice que lo sabe de buena tinta porque soy su vecina (mi vecina de enfrente es puro amor y tenemos una relación tan molona que hasta le hace regalitos a las niñas. ¡Hola M. preciosa!) pero así igual se gana credibilidad… y que no cuido de mis hijas porque siempre estoy de fiesta en fiesta y de vacaciones con otras bloggers. Que todo lo que cuento en el blog es mentira o copiado de otras webs y que me paso la vida en internet en vez de disfrutar del tiempo de mis hijas, cosa que ella sí que hace, por supuesto.
Son afirmaciones curiosas, a no ser que estar de vacaciones con bloggeras sea darse un baño relajamente mientras procastinas en instagram, estar de fiesta en fiesta signifique acudir a mi puesto de trabajo de media jornada (que me gusta mucho y me rio un rato, pero mojitos no nos ponen), que tenga unos muñecos reborn tamaño toddler para hacerles fotos en una casa alquilada o luego ponga a mis hijas con photoshop en mis vacaciones de soltera para publicarlas en el blog (Aida, espero que des fe de que mis hijas no son hologramas XD). Lo de que todo es mentira y que el contenido es copiado me fascina, porque si no lee mi blog porque es una mierdaca merde (o igual porque la bloquee a la vez que le dije que no iba a sacar su negocio en mi blog, quien sabe…), ¿cómo puede saberlo? Aunque lo que más le molesto a mi santa madre fue que dijo que dejábamos a las niñas con “una persona” (cuando vino a ayudarnos tres días, que yo trabajaba y no podía pedir permiso, en las reuniones de evaluación de MachoAlfa, allá por mayo).
Cuando lo conté a la tribu, a la de carne y hueso y a la virtual, mis chicas querían sangre, no se la dí claro, yo soy una chica con clase, pero siempre viene bien un desahogo y hubo un comentario que me gustó especialmente “yo sé que vas saber ver el lado positivo de esto”. Y yo pensaba, ¿cómo voy a sacarle el lado positivo a que esta tipa me difame en “to internés”?.

 

¡Señoras y señores lo he sacado!

 

Andaba yo pasiva-agresiva (estaba en un pico hormonal y las hormonas es lo que tiene, bipolaridad elevada al cubo), cuando Abril me preguntó, con su desparpajo revestido de naturalidad, mientras tomábamos el té de las 12 (es una nueva tradición, patrocinada por MachoAlfa)

¿Pero Bei a ti que te pasa hoy que estás empanada?
Estoy enfadada por esto, por esto y por esto otro.
¿Pero por que te enfadas si no es verdad? Tu siempre nos cuidas…
(Zas en toda la boca patrocinado por una niña de 4 años) Pues porque internet es enorme y me preocupa que la gente la crea a ella, ¿sabes?
¿Y que más te da que la crean? Mira mami mejor bórrala.
Y Emma añadió, si, borrar mejor mami.

 

Voltearon sus ojos y siguieron tomándose su rooibos como si hubieran dicho la mayor obviedad del Universo (que igual lo era, oye) y yo me quedé perpleja (¡Que te vuelves a empanar mami!) No sé exactamente a que se referían con borrar (ellas están en un nivel superior del Nirvana así que igual tiene un significado místico que desconozco), el caso es que me sentí bastante ridícula, la lié con la comida (preparé unos macarrones en la GMD, los de un solo paso, sin agua, que muy dulcemente declinaron degustar) y seguí reflexionando. Y he llegado a LA conclusión.
No puedo cambiar lo que la gente diga de mí (Igual si puedo, que me lo ha dicho una señorita muy maja de la policía nacional, pero no me apetece), pero si puedo decidir como me enfrento a ello. Lo fácil sería insultar (creedme, sería muy muy fácil y MachoAlfa tiene un megáfono chulérrimo), juzgar (pero es un comportamiento tan primario…), vengarme en internet con su negocio ( y sé que mi tribu me ayudaría, ¿verdad espartanas?) o montar el gran pollo (lo que quieren mis hormonas, las muy pillinas). No lo voy a hacer, voy a borrarla (Dios sepa que narices significa eso). A ella y a todos los cretinos que vengan a intentar enturbiarme mi felicidad. Que ahora mismo es mucha muchérrima, tengo que añadir.

 

“Queridos haters, os borro

(Pero seguid viniendo si queréis, a más visitas, mejor posicionamiento. Sentíos como en casa)”

 

Y con esto llego a la segunda reflexión del día. Todo el mundo habla de bullying escolar y de cómo terminar con ello. Nadie quiere tener un hijo acosado, nos da pánico, nos quita el sueño, pero señoras y señores, realmente yo lo que no quiero tener es un hijo acosador. Prefiero mil veces tener que reprimirme las ganas de partirle los dientes a alguien (que además seguro que tiene una historia detrás…) que mirar a mis hijas a los ojos y sentir desprecio. Porque es eso justo exactamente lo que siento por la gente que acosa a los demás. Un desprecio infinito, asco y vergüenza de que compartamos la misma clasificación de homo sapiens sapiens.
¿Qué podemos hacer para prevenir el acoso? Pues ser buenas personas, tener empatía con los demás y ser un ejemplo para nuestros hijos. Difamar a una persona en internet no es un buen ejemplo, criticar a la vecina del cuarto porque nos cae mal (que igual le caemos a ella peor, simplemente es mas educada) no es un buen ejemplo, juzgar las decisiones de crianza de los demás porque nos ofenden no es un buen ejemplo. En definitiva, ser una mala persona, no es predicar con el ejemplo, al menos no el que yo quiero dar a mis hijas. Viv

e y deja vivir es mi lema.
Hubo una vez un niño que empezó a burlarse de Abril porque se había caído trepando de no sé donde. Yo me reprimí las ganas de intervenir y observé. Abril actúo de diez, diciendo que no quería hablar con él y que la dejara jugar tranquila. Entonces empezó a animar a varios niños para que hicieran lo mismo. Esperé, pensando que su madre interviniera pero estaba “muy ocupada”. Varios niños coreando “ja ja ja ja ja si tiene gracia”. Abril les grito varias veces “No tiene gracia” y siguió jugando, pero al cabo de un rato ya veía que la niña estaba agobiada y al límite de la paciencia y la iba a liar ( Y luego le toca aguantar “no se muerde” y “no se pega” … pero cuando pasa eso el niño tiene que recibir toda la contención que podamos darle, no echarle más mierda encima…). La madre seguía “muy ocupada”, así que intervine antes de que se desatara la tragedia. Fui hacia Abril, me agaché a su altura, la miré a los ojos y le dije en voz más alta de lo habitual “NUNCA tiene gracia reírse de los demás” y me fui a donde estaba a seguir observando. El resto de los niños empezó a decir “no tiene gracia, no tiene gracia” enfrentándose al que empezó. Y finalmente, los niños, que son así de puros y nobles, jugaron todos juntos de nuevo como si nada.
Ese es el ejemplo que quiero para mis hijas, nada de “Si te llama tonta, llámale tonta tú”, “Si te pegan, pega” o todos y cada uno de los comportamientos adultocentristas (el cachete a tiempo, el porque lo digo yo, el cuando seas padre comerás huevos, el chantaje, el castigo, el abuso de poder…) que reducen el alma del niño a la mínima expresión (dañan el embrión espiritual que diría Maria Montessori) y solo aprende que cuando sea más mayor o más fuerte, podrá ejercer su poder contra el más pequeño o más débil. ¿De verdad nos sorprende que haya acoso escolar? A mí, nadita.

“Siembra en los niños ideas buenas, aunque no las entiendan… los años se encargaran de descifrarlas en su entendimiento y de hacerlas florecer en su corazón

María Montessori”

Sembrad, mamis y papis, sembrad mucho. Y regad el suelo, no la planta.

¡Espera un momentito!

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